Las Médulas es un entorno paisajístico español formado por una antigua explotación minera de oro romana situado en las inmediaciones de la localidad homónima, en la comarca de El Bierzo, provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León. Está considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio romano.
El trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso la alteración del medio ambiente pero dio como resultado un paisaje de arenas rojizas, cubierto en la actualidad parcialmente de vegetación de castaños y robles. Se considera un "paisaje cultural" y tiene la denominación de "Parque Cultural".
Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996, en atención a su interés arqueológico. En 1997 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. y Monumento Natural en 2002.
En sus inmediaciones se encuentra una cantera que a pesar de ser declarada ilegal en 2008 continúa en funcionamiento.
Las Médulas fue en su origen una explotación romana de oro a cielo
abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el
yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos
empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península ibérica.
No se debe confundir el topónimo actual con el monte Medulio,
donde tuvo lugar el holocausto de galaicos, cántabros y astures, que
prefirieron darse muerte antes que entregarse. No obstante, la ubicación
del monte Medulio es todavía objeto de discusión.
Plinio el Viejo, que en su juventud fue administrador de las minas, relata que se extraían al año 20 000 libras de oro, lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5 000 000 de libras de oro. Según los datos del profesor y arqueólogo Antonio García Bellido, las tierras removidas alcanzan los 500 millones de metros cúbicos, lo que, calculando un rendimiento medio de 3 gramos por tonelada
de tierra, daría como resultado 1 635 000 kg. Sin embargo, otros
estudios reducen considerablemente estas cifras, considerando que
durante los 200 años en que se exploraron las minas, se obtuvo una
producción media anual inferior a 25 kg, siendo por tanto la cifra final
inferior a los 5000 kg.
En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60 000
obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida,
hablan de 10 000 o 20 000 hombres, contando con suministradores,
guardianes, etc. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo:
«es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras».
En el entorno que hoy conocemos como Las Médulas se daban una serie
de circunstancias favorables para la extracción del oro: eran tierras de
aluvión con polvo de oro; había abundante agua y la suficiente
pendiente como para utilizarla como fuerza hidráulica; y existían suaves
pendientes hacia el Sil para los desagües.
El sistema utilizado era el llamado Ruin montium.
El agua de los riachuelos de montaña se canalizaba y embalsaba en la
parte superior de la explotación; la montaña se horadaba con una
cuidadosa red de galerías muy pendientes, soltando el agua a través de
ellas. La fuerza del agua deshacía la montaña y arrastraba las tierras
auríferas hasta los lavaderos. El sistema hidráulico de las Médulas es
el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada y
la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales.
Actualmente se conoce todo este trazado, visitable en parte con la
compañía de un guía.
Una de las muchas captaciones se hacía desde la falda noreste del monte Teleno. A una altitud de 2000 metros se acumulaba la nieve que más tarde, ya convertida en agua, llegaba al río Cabo (afluente del Cabrera),
que a su vez alimentaba los siete canales que, bordeando la montaña,
llegaban a los estanques de la explotación. Estos canales, cuya longitud
total se estima en unos 300 kilómetros,
tienen una pendiente de entre el 0.6 y el 1 %. El ancho es de 1.28
metros, excepto en las curvas, de 1.60, y su profundidad es de 90 centímetros.
La construcción de estos canales, que en algunos tramos discurren bajo
la roca en forma de túnel, fue, con diferencia, la obra más difícil y
costosa de la explotación.
Posteriormente, el agua de los canales llegaba a unos depósitos
construidos mediante el allanamiento y excavado del terreno. La tierra
extraída se amontonaba alrededor, formando taludes. Estos depósitos
disponían de compuertas para distribuir el agua.
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