Es un día de fiesta y descanso. Un día para recordar tradiciones y celebrar a nuestro patrón. Un día donde las herramientas y maquinas se detienen para honrar la profesión y a las personas que hacen posible que siglos después, sigamos disfrutando del calzado.
Los gremios de artesanos llevan siglos venerando dicha festividad. Desde Northampton en Inglaterra, Florencia en Italia, Soissons en Francia hasta Inca en Mallorca junto con Elche en Alicante, miles de hombre y mujeres cumplen con tradiciones antiquísimas para rogar por su trabajo y profesión.
Si indagamos sobre la historia de este Santo, nos encontramos con una bella historia que creo importante contar:
La leyenda nos cuenta como dos hermanos San Crepín y San Crepiniano, llamados también San Crispín y San Crispiniano fueron enviados a evangelizar las Galias. Miembros de una familia noble de Roma para no ser onerosos a sus fieles, por el día se dedicaban a evangelizar y por las noches ejercían el oficio de zapateros para pagarse su sustento. En la persecución de Diocleciano en el año 285 D.C después de atroces tormentos que soportaron estoicamente, fueron decapitados en la localidad de Soissons (Francia). Consideramos los apóstoles del Norte de Francia, su profesión y santidad les hizo ser los patronos del gremio de zapateros. Sus cabezas se veneran en Roma, en la iglesia de San Lorenzo, mientras que sus cuerpos se veneran en Soissons. |
Muchísimas Felicidades a Tod@s, Cuerer@s.
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