Y así empezó el fin de semana del puente de diciembre,escalando en Chulilla a 21º,una zona privilegiada para esta época buenas paredes de roca caliza y calentita.
Entre palmeras y naranjos
escalando.
Y en los alrededores unos bonitos colores para alegrar la vista.
Al atardecer, recogemos se va notando fresco y nos encaminamos al pueblo.
Un mural en una tapia me enseña la tradición de la zona,agricultora.
Casa blancas se mezclan con otras menos blancas pero con todo el sabor Mediterráneo.
Por supuesto no podía faltar su iglesia,con el campanario a la misma altura que la fortaleza,que también visitamos.
Son las 6.00 p.m y volvemos al pueblo,que va adquiriendo esos tonos amarillos...
se convierte en una postal y me voy a dormir con una esplendida luna llena :)
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